El
amor, ese afecto intenso que se tiene hacia una persona, animal o cosa es
sumamente exquisito; uno de los placeres de la vida. Así como a muchos nos ha
hecho reír, inevitablemente también nos ha hecho sufrir, sin embargo, a pesar
de las malaventuras por las que nos haga pasar, siempre vamos a buscar adonde
invertir dicho sentimiento. El prócer Francisco Morazán, hizo una gran inversión al colocar su amor
incondicional en un pensamiento; un pensamiento que constaba en unir a los
países hermanos de Centroamérica para formar una sola nación fuerte y prospera.
El General
Morazán, enamorado de la idea de una Centroamérica unida, mantuvo su convicción
hacia ella hasta el momento en el que sus pulmones recibieron su último
suspiro, su corazón su último latido y su piel sintió su última brisa. “Declaro: Que mi amor por Centroamérica
muere conmigo.” La declaración más destacada del testamento del General
expresa un sentimiento apasionado e inquebrantable que este memorable personaje
sentía hacia estas tierras. La historia centroamericana jamás volvió a ser
testigo de un hombre como Francisco Morazán, su valentía, integridad y visión
no han llegado a ser igualadas por nadie todavía. Lastimosamente, sus hazañas
no han sido muy reconocidas fuera de este territorio por el hecho de que se
llevaron a cabo en un campo pequeño es decir, no ocurrieron en lugares como
Norteamérica o Europa que son de los lugares de donde las personas tienen más
conocimiento histórico.
Su
declaración es verídica, el amor que él le tenía a Centroamérica, murió con él.
Es una pena que ese tipo de amor se haya estado desvaneciendo con el tiempo y
pensamiento de las nuevas generaciones que habitan los suelos centroamericanos.
También es lamentable que no se inculque desde muy temprana edad un sentido
fuerte de patriotismo lo cual serviría de mucho ya que para poder adoptar la
prosperidad en un país, hay que quererlo totalmente.
Ni la
mismísima muerte pudo hacer que Morazán renunciara a sus principios, fue un
acto honorable haber muerto por ellos y por el bienestar de todas las personas.
Un individuo puede marcar la diferencia ya sea en las personas o lugares solo
se ocupa un impulso acompañado de un buen propósito y determinación. Todos
podemos tomar el ejemplo del prócer hondureño y luchar y defender nuestra
patria, todos podemos ser como Morazán enamorado.
Por: Gabriel Hernández
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