Un armatoste es un mueble tosco e inutil que generalmente, estorba y nadie quiere. En su momento, muchas creaciones invaluables de nuestra vida diaria fueron consideradas inútiles por algún "experto". Por ejemplo, HP rechazó la idea de Steve Wozniak:la computadora personal. En 1983, Atari rechazó la consola de juegos que se convirtió en Nintendo. En 1876, Western Union rechazó el invento de Alexander Graham Bell: el teléfono, aduciendo que más parecía un juguete. Bill Gates, en su momento, rechazó los dispositivos de libros electrónicos y Carles Chaplin argulló que el sonido en el cine sería una moda pasajera. Conocemos la historia...Este blog es un vehículo para expresar y producir ideas, sea que a otros les parezcan "armatostes" o no.
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martes, 10 de junio de 2014

El Soldadito de Plomo
En el presente trabajo daremos a conocer como un cuento puede tener un nuevo significado dependiendo de dónde este sea editado, algunos cuentos han sufrido un pequeño cambio en sus personajes o en el ambiente donde se desarrolla la historia. En nuestro caso el cuento “El Soldadito de Plomo” tiene los siguientes cambios:
Versión original
“Había una vez veinticinco soldaditos de plomo, hermanos todos, ya que los habían fundido en la misma vieja cuchara. Fusil al hombro y la mirada al frente, así era como estaban, con sus espléndidas guerreras rojas y sus pantalones azules. Lo primero que oyeron en su vida, cuando se levantó la tapa de la caja en que venían, fue: "¡Soldaditos de plomo!" Había sido un niño pequeño quien gritó esto, batiendo palmas, pues eran su regalo de cumpleaños. Enseguida los puso en fila sobre la mesa.

Cada soldadito era la viva imagen de los otros, con excepción de uno que mostraba una pequeña diferencia. Tenía una sola pierna, pues al fundirlos, había sido el último y el plomo no alcanzó para terminarlo. Así y todo, allí estaba él, tan firme sobre su única pierna como los otros sobre las dos.”

Versión nueva

“En la ciudad de Tegucigalpa un niño esperaba pacientemente que llegaran las 12:00 de la noche en vísperas de navidad para poder abrir sus regalos, apresuradamente al llegar el momento abrazo a todos sus familiares para poder abrir sus presentes. Agarro el que tenía su nombre y sin perder más tiempo rompió la envoltura y vio que era un ejército de soldaditos de plomo, al abrirlo se fijó que todos eran iguales, excepto uno al cual su única diferencia es que le faltaba un pie, y por ello era que los demás soldaditos lo discriminaban.

A pesar de ser distinto y discriminado por sus hermanos resulto ser el favorito del niño ya que se relacionaba con él por tener una limitación, ya que resulta que este niño en esos momentos había tenido un accidente y estaba con su pierna fracturada y a punto de ir a una operación. Al llegar a su casa luego de la noche de navidad el niño dejo a los soldaditos con sus demás juguetes, lo que él no sabía es que cuando no los veía sus juguetes cobraban vida.”

Decidimos dar un toque de nacionalidad al implementar como ambiente la ciudad de Tegucigalpa ya que en el cuento original no específica donde se lleva a cabo la historia. En nuestra versión tratamos de hacer que el soldadito y el niño tuvieran una mejor relación describiendo que el niño tenía una fractura y que por esta razón el niño se sentía más familiarizado con el soldadito y por eso el soldadito sin una pierna era el favorito del niño. Tomamos la idea de “Toy Story" dándoles vida con movimientos a los juguetes siempre y cuando el niño no estuviera presente.

Versión original 

“Lo más bonito de todo era una damisela que estaba de pie a la puerta del castillo. Ella también estaba hecha de papel, vestida con un vestido de clara y vaporosa muselina, con una estrecha cinta azul anudada sobre el hombro, a manera de banda, en la que lucía una brillante lentejuela tan grande como su cara. La damisela tenía los dos brazos en alto, pues han de saber ustedes que era bailarina, y había alzado tanto una de sus piernas que el soldadito de plomo no podía ver dónde estaba, y creyó que, como él, sólo tenía una.

No, lo que allí había era un duende negro, algo así como un muñeco de resorte.

-¡Soldadito de plomo! -gritó el duende-. ¿Quieres hacerme el favor de no mirar más a la bailarina?

Pero el soldadito se hizo el sordo.”

Versión nueva

“Una noche el soldadito se escapó de sus hermanos para tratar de llegar a donde estaba la bailarina, para tratar de llegar al castillo pero los demás juguetes lo detuvieron porque le advirtieron que le caería una terrible maldición si entraba, triste y sin nada que hacer el soldadito regreso a su caja donde sus hermanos comenzaron a burlarse de él.

El soldadito se apresuró saltando sobre su única pierna, pero antes que pudieran llegar los demás juguetes, incluyendo a sus hermanos para decirle que la maldición pronto surgirá efecto.

Un día después de que los niños de la casa terminaron de jugar, su hermana olvido ponerla en el castillo y la pusieron en la ventana, junto al soldadito, ambos se sintieron felices al poder estar juntos, al caer la noche una tormenta se asomaba, la tormenta traía fuertes vientos los cuales botaron a la bailarina por la ventana, el soldadito en se dio cuenta que la maldición no había caído sobre el sino que sobre la bailarina. El soldadito decidió ir al rescate de la bailarina.”

En esta nueva versión se conserva la bailarina como personaje pero con la diferencia que él no es el soldadito el que tiene la maldición sino que la princesa y eliminamos al personaje del duende porque en la actualidad ya no hay de esos juguetes, a menos no en nuestro país.

Versión Original

“Al otro día, cuando los niños se levantaron, alguien puso al soldadito de plomo en la ventana; y ya fuese obra del duende o de la corriente de aire, la ventana se abrió de repente y el soldadito se precipitó de cabeza desde el tercer piso. Fue una caída terrible. Quedó con su única pierna en alto, descansando sobre el casco y con la bayoneta clavada entre dos adoquines de la calle.

La sirvienta y el niño bajaron apresuradamente a buscarlo; pero aun cuando faltó poco para que lo aplastasen, no pudieron encontrarlo. Si el soldadito hubiera gritado: "¡Aquí estoy!", lo habrían visto. Pero él creyó que no estaba bien dar gritos, porque vestía uniforme militar.

Luego empezó a llover, cada vez más y más fuerte, hasta que la lluvia se convirtió en un aguacero torrencial. Cuando escampó, pasaron dos muchachos por la calle.

-¡Qué suerte! -exclamó uno-. ¡Aquí hay un soldadito de plomo! Vamos a hacerlo navegar.

Y construyendo un barco con un periódico, colocaron al soldadito en el centro, y allá se fue por el agua de la cuneta abajo, mientras los dos muchachos corrían a su lado dando palmadas. ¡Santo cielo, cómo se arremolinaban las olas en la cuneta y qué corriente tan fuerte había! Bueno, después de todo ya le había caído un buen remojón. El barquito de papel saltaba arriba y abajo y, a veces, giraba con tanta rapidez que el soldadito sentía vértigos. Pero continuaba firme y sin mover un músculo, mirando hacia adelante, siempre con el fusil al hombro.

Precisamente en ese momento apareció una enorme rata que vivía en el túnel de la alcantarilla.

-¿Dónde está tu pasaporte? -preguntó la rata-. ¡A ver, enséñame tu pasaporte!

Pero el soldadito de plomo no respondió una palabra, sino que apretó su fusil con más fuerza que nunca. El barco se precipitó adelante, perseguido de cerca por la rata. ¡Ah! Había que ver cómo rechinaban los dientes y cómo les gritaba a las estaquitas y pajas que pasaban por allí.

-¡Deténgalo! ¡Deténgalo! ¡No ha pagado el peaje! ¡No ha enseñado el pasaporte!

La corriente se hacía más fuerte y más fuerte y el soldadito de plomo podía ya percibir la luz del día allá, en el sitio donde acababa el túnel. Pero a la vez escuchó un sonido atronador, capaz de desanimar al más valiente de los hombres. ¡Imagínense ustedes! Justamente donde terminaba la alcantarilla, el agua se precipitaba en un inmenso canal. Aquello era tan peligroso para el soldadito de plomo como para nosotros el arriesgarnos en un bote por una gigantesca catarata.”

Versión nueva

“Al caer en la acera una fuerte corriente de agua arrastró a ambos juguetes hasta llegar a una alcantarilla, donde cayeron unos metros hasta el fondo de las aguas. Trataron de nadar desesperadamente hasta la orilla pero la corriente era demasiado fuerte como para que ellos pudieran tratar de llegar cerca de la orilla.

Vieron que al final del camino había una especie de cascada, y se dispusieron a caer ya que no había nada que hacer, pero antes de que llegaran a caer sintieron un jalón fuerte que los llevo fuera del agua, eran unas ratas, y los llevaron a la superficie, donde los dejaron, ellos les agradecieron, pero estaban perdidos y no sabían cómo volver a su hogar.”

Decidimos el conservar algunos aspectos de la historia original como el que cae a la alcantarilla, o el personaje de la rata, aunque en nuestra historia la rata tiene una disposición diferente a la original, ahora su principal preocupación ya no sería el volver con la bailarina ya que emprendía esa travesía con ella, si no el cómo volver a su hogar, lo que buscábamos representar es el cómo podemos dar por sentado que tenemos a alguien que nos cuida y se puede sacrificar todo por seguir a alguien y después realizar que en un momento se puede perder todo lo que tenia nada más en un abrir y cerrar de ojos.

Versión original

“En ese momento el papel acabó de deshacerse en pedazos y el soldadito se hundió, sólo para que al instante un gran pez se lo tragara. ¡Oh, y qué oscuridad había allí dentro! Era peor aún que el túnel, y terriblemente incómodo por lo estrecho. Pero el soldadito de plomo se mantuvo firme, siempre con su fusil al hombro, aunque estaba tendido cuan largo era.

Súbitamente el pez se agitó, haciendo las más extrañas contorsiones y dando unas vueltas terribles. Por fin quedó inmóvil. Al poco rato, un haz de luz que parecía un relámpago lo atravesó todo; brilló de nuevo la luz del día y se oyó que alguien gritaba:

-¡Un soldadito de plomo!”

Versión nueva

“Comenzaron a deambular por toda la ciudad, una niña los encontró y los recogió y los llevo a su casa donde comenzaron otra vida junto a los nuevos juguetes del niño, y ellos eran felices pero siempre extrañaban a aquel que era su dueño original.

Un día la niña recibió visitas, resultaba que era su antiguo dueño quien le contó que había perdido su juguete favorito y su amigo lo invitó a jugar con sus ¨nuevos juguetes¨, al darse cuenta que eran los suyos pensó que se los había robado, ella le dijo que los había encontrado tirados pero el niño no le creyó. 

Decidieron al final que ella se iba a quedar ella se con la bailarina y el con el soldadito, estos al oír su decisión se sintieron tristes, pero no tenían nada que hacer, y así fue como la bailarina regreso a su castillo”

Queríamos que ambos regresaran a la casa en un inicio, pero decidimos que solo uno volviera ya que por momentos quedaremos separados de aquellas personas que nos importan en nuestra vida, no siempre estarán allí, pero demostraremos más adelante en el cuento que se vuelven a unir, hoy en día en nuestra sociedad las familias se separan ya sea por la delincuencia, los secuestros, porque miembros de la familia se van a buscar “mejor vida” a Estados Unidos y es algo que realmente afecta a las personas porque hay hijos que crecen sin su padre y esto los puede llevar a una depresión tremenda e incluso llegar a andar en malos pasos.

Versión Original

“De pronto, uno de los niños agarró al soldadito de plomo y lo arrojó de cabeza a la chimenea. No tuvo motivo alguno para hacerlo; era, por supuesto, aquel muñeco de resorte el que lo había movido a ello.

El soldadito se halló en medio de intensos resplandores. Sintió un calor terrible, aunque no supo si era a causa del fuego o del amor. Había perdido todos sus brillantes colores, sin que nadie pudiese afirmar si a consecuencia del viaje o de sus sufrimientos. Miró a la bailarina, lo miró ella, y el soldadito sintió que se derretía, pero continuó impávido con su fusil al hombro. Se abrió una puerta y la corriente de aire se apoderó de la bailarina, que voló como una sílfide hasta la chimenea y fue a caer junto al soldadito de plomo, donde ardió en una repentina llamarada y desapareció. Poco después el soldadito se acabó de derretir. Cuando a la mañana siguiente la sirvienta removió las cenizas lo encontró en forma de un pequeño corazón de plomo; pero de la bailarina no había quedado sino su lentejuela, y ésta era ahora negra como el carbón.”

Versión Nueva 

“El soldadito pasaba triste, sus únicos momentos de felicidad eran cuando iba a visitar a su amada porque ambos niños iban a jugar juntos. Pasaron los años así y los niños crecieron se hicieron mayores y uno se iba a ir a estudiar al extranjero, entonces decidió que para que su amigo pudiera recordarlo le iba a dejar a su soldadito aquel juguete con el que habían pasado tantos buenos momentos juntos.

El soldadito regreso feliz a la casa donde todo había comenzado, el lugar donde había conocido a su amada, y donde ahora podría vivir con ella felizmente por siempre.”

Decidimos cambiar el final porque el del cuento original nos pareció demasiado triste y extraño, pusimos un final feliz porque la sociedad de hoy en día te inspira a pensar mall y en especial en nuestro país donde día a día se respira un ambiente de inseguridad, y es precisamente que en nuestro cuento queríamos demostrar que no tiene que ser así que si habrán finales felices y que la sociedad no tiene que dictar el cómo pensamos nosotros si no que siempre tener la esperanza de que las cosas podrán cambiar.













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