No hay que movilizarse a las zonas más pobres de Tegucigalpa
para poder ver con nuestros propios ojos la pobreza que abunda en nuestro país
desde los más grandes hasta los más pequeños sufren de pobreza con la variante
que los menores de edad tienen menos opciones de empleos que una persona en su mayoría
de edad. Al no poder contar con un sustento económico los jóvenes recurren a
drogas que cubran sus necesidades como saciar su hambre, calentarse en las
noches o días fríos que por temporadas se sufren en este país, como podemos
observar los jóvenes o hasta más pequeños recurren al pegamento amarillo
llamado “Resistol” entre ellos, los podemos ver en semáforos pidiendo en el
parque central para poder obtener más de el mismo, solo en Tegucigalpa hay más
de 3,000 niños y niñas enganchados al pegamento según Casa Alianza; estos niños
y jóvenes que han caído en esa adicción vienen de familias de situaciones de
pobreza extrema, problemas de destrucción familiar, alcoholismo y violencia
algunos en situaciones extremas se asocian en mafias o maras y al final su
futuro queda en nada e incluso puede terminar en la muerte.
Bibliografía:
Por: Oliver Almendarez
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