Un armatoste es un mueble tosco e inutil que generalmente, estorba y nadie quiere. En su momento, muchas creaciones invaluables de nuestra vida diaria fueron consideradas inútiles por algún "experto". Por ejemplo, HP rechazó la idea de Steve Wozniak:la computadora personal. En 1983, Atari rechazó la consola de juegos que se convirtió en Nintendo. En 1876, Western Union rechazó el invento de Alexander Graham Bell: el teléfono, aduciendo que más parecía un juguete. Bill Gates, en su momento, rechazó los dispositivos de libros electrónicos y Carles Chaplin argulló que el sonido en el cine sería una moda pasajera. Conocemos la historia...Este blog es un vehículo para expresar y producir ideas, sea que a otros les parezcan "armatostes" o no.
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jueves, 23 de julio de 2015

Los Indignados y las Antorchas de la Esperanza

Los Indignados y las Antorchas de la Esperanza
Andrea Lucia Rodríguez Bendaña


http://www.latribuna.hn/tag/marcha-de-las-antorchas-en-honduras/

Para comprender lo que representan los indignados en nuestro país es necesario empaparnos del contexto en que nace este grupo al igual que los motivos que los llevan a querer formar parte de la comunidad  política de Honduras.

Los hondureños hemos sido marcados por un estereotipo que dice que somos un pueblo pasivo. Es decir, no reaccionamos ante lo que nos molesta y tendemos a dejarlo pasar.  Por muchos años Honduras ha sido testigo de las hazañas del monstruo llamado corrupción, como poco a poco envuelve a nuestros “líderes” y acaba con nuestro patrimonio.

Me refiero a nuestras autoridades como “lideres” de una manera despectiva ya que muchos no han sabido llevar como se debe el cargo que se les ha conferido. Ellos demuestran que la confianza que los votantes les otorgaron les importa muy poco. No velan por el bienestar de la mayoría, solo velan por el propio y el de su familia.

Cuantas veces no escuchamos en las noticias o leemos en los periódicos sobre la malversación de fondos, desfalcos,  aquel famoso caso de la carretilla en el Banco Central ,casos implicando a políticos que no pasan de ser solo enunciados o cuando las entidades extranjeras nos catalogan como uno de los países con mayor índice de corrupción, analfabetismo y pobreza. Mencionan como no harán más prestamos debido a la falta de pago o peor aún la falta de resultados.

Vemos todo esto y no hacemos nada más que comentarlo en las redes sociales por un periodo aproximado de una semana hasta que otra noticia aparezca para continuar con el ciclo. Mientras nosotros mantenemos pasivos, los políticos de nuestro país caminan con la frente en alto golpeándose el pecho insinuando que son personas honestas. Caminan sin arrepentirse de todo el mal que le hacen al país.

Desde hace aproximadamente seis años, se ha demostrado que este estereotipo es erróneo ya que a partir del año 2009 el pueblo hondureño ha reaccionado ante el golpe de estado/sucesión constitucional y los eventos subsiguientes.

En junio del año 2009, Manuel Zelaya Rosales fue removido del poder por medio de la fuerza militar. A partir de este evento es que el pueblo hondureño ha manifestado su punto de vista por medio de múltiples marchas. ¿Quién no recuerda y aun observa  en las paredes de su casa consignas  apoyando a Manuel Zelaya por parte de la famosa “resistencia”; o las caminatas por la paz de “las camisetas blancas” que se oponían a la entrada de Zelaya al país y buscaban la paz.?

Desde entonces nos hemos vuelto una comunidad más activa  que busca el cambio y que nuestras opiniones sean escuchadas por nuestros líderes y si estos no lo hacen, por la comunidad internacional.
A partir del año 2014 cuando se destapo la olla de corrupción relacionada con el Instituto Hondureños de Seguridad Social, el descontento de la población con el fenómeno de la corrupción incremento considerablemente.

Todos expresamos por lo menos una vez nuestra indignación ante el escándalo. Nadie podía creer que mientras miles de nuestros compatriotas perecían por falta de medicamentos y atención médica, las autoridades se hacían de la vista gorda, y todos los implicados en los múltiples actos de corrupción disfrutaban de grandes lujos y viendo como los saldos de sus cuentas incrementaban.

Cabe recalcar que constantemente se recalca el combate para el crimen, el detener a todos aquellos que se dedican al homicidio, al robo o al narcotráfico, pero nunca se menciona la necesidad de acabar con los políticos corruptos y encerrarlos tras las rejas.

Señores políticos, no serán ustedes los delincuentes que asaltan en las calles, los que atentan contra una vida inocente por un celular pero son ustedes los que permiten que esto ocurra. Son ustedes los que impiden que las noticias de importancia duren más de una semana en Honduras ya que saben el costo que esto le traería a su reputación.

Cada vez que a su bolsa llega un billete que debería ser para obras públicas ustedes cometen un crimen imperdonable, les roban a aquellos que en ustedes confiaron, a aquellos que tanto necesitan. Yo les pregunto, ¿alguna vez se tocan el corazón y piensan en aquel niño que desea ir a la escuela pero por carencias no puede, en ese anciano que busca ayuda para pagar sus medicamentos, en ese padre de familia que tiene hasta tres trabajos para poder darles a sus pequeños una vida digna? Creo que yo misma les puedo contestar esto, no lo hacen.

Ya es hora de que esto cambie, que finalmente seamos escuchados, que llegue al poder alguien que vele por nuestros derechos e intereses. Es hora que declaremos el amor por nuestro país por motivos que no sean solo relacionados con los partidos de la selección o su clasificación al mundial. Como dijo José Saramago una vez: “Es hora de aullar, porque si nos dejamos llevar por los poderes que nos gobiernan, y no hacemos nada por contrarrestarlos, se puede decir que no merecemos lo que tenemos.”

Sigo esperando el día en que un hombre o una mujer con las misma valentía y honestidad  del famoso “caballero sin tacha y sin miedo”  llegue al poder.  Me pregunto si entre nosotros aun vaga errante el espíritu de José Trinidad Cabañas, uno de los pocos lideres hondureños que en mi opinión merece respeto, admiración y honor. Que diría Cabañas si escuchara de las ollas de corrupción que se destapan día a día, creo que al pobre se le caería la cara de vergüenza al ver en lo que han convertido a su país. En una piñata donde solo aquel que es fuerte o tiene contactos recibe dulces.
Como protesta ante la corrupción y buscando honrar las vidas de todos aquellos que murieron a cuesta de la corrupción en el Instituto Hondureño de Seguridad Social es que las antorchas comenzaron a ser encendidas cada viernes por la calles de la ciudad.

Se registraron desfiles en calles de Santa Bárbara, Copán, Comayagua, Chamelecón, San Pedro Sula, Cortés, Choluteca y San Lorenzo, Valle.

Poco a poco más personas comenzaron a unirse a estas marchas, cuyos manifestantes adoptaron el nombre de “indignados”.

¿Indignados ante qué? Indignados ante la corrupción, ante la falta de justicia, ante la impunidad, ante la indiferencia, ante la pobreza, el analfabetismo, la falta de oportunidades, la actitud de nuestras autoridades entre otros motivos.

Los manifestantes siguen condenando el saqueo perpetrado en el IHSS, la compra de medicamentos de mala calidad y “pésima atención”, de acuerdo a las consignas mayormente emitidas durante ese desfile.

Creo que los indignados deberían ser tomados en cuenta en la política hondureña, ya que representan a la población y buscan un cambio positivo en la sociedad de nuestro país. Finalmente hay un grupo dispuesto a buscar un dialogo proactivo con el gobierno y hacer que no solo sean platicas extensas sino que se obtengan respuestas y acciones por parte de las autoridades.

Paralelo a las marchas un pequeño grupo de los indignados ha optado por mantener una huelga de hambre frente a las instalaciones de Casa Presidencial en Tegucigalpa y frente al edificio del Ministerio Publico en San Pedro Sula.

Los indignados se rehúsan a acudir a dialogo al que el presidente Juan Orlando Hernández ha convocado ya que según ellos acudir a este dialogo seria seguir favoreciendo la impunidad e cubrirnos los ojos con una venda que no nos permita ver a grandes capos de la corrupción en el país. Se busca la intervención de personalidades y organismos de la comunidad internacional para asegurar resultados transparentes ante la situación que enfrenta nuestro país.

Las marchas de las antorchas han trascendido el contexto nacional para llegar a la atención de la comunidad internacional gracias a los medios de comunicación y a los inmigrantes  que también las han realizado en Miami, Houston y Washington, en Estados Unidos y en España.

Estoy a favor de estas manifestaciones en busca de un cambio, pero condeno la presencia  de los políticos en dichas marchas. Afrontémoslo ellos no participan en las marchas porque están cansados de la impunidad, sino para ganar popularidad, para mejorar su imagen pública y así conseguir más votantes.

Me parece irónico,que personas que han estado implicadas en actos de corrupción repitan consignas que se refieren a ellos de manera indirecta y condenen las actividades a las que se dedicaban o peor aún todavía se dedican.

Se supone que estas marchas son un vehículo que une a personas de todos los estratos sociales, edades, sexo, religión y partido político, no un medio de propaganda para los payasos que nos gobiernan.

Según la constitución de República, todos y cada uno de los ciudadanos tenemos el derecho de libre asociación y de protestar de una manera pacífica y sin perjudicar a terceros. Desafortunadamente algunos de los asistentes a las marchas de las antorchas parecen olvidar la parte del enunciado que menciona la manifestación pacífica. Un ejemplo de esto fue cuando durante la transmisión del noticiero Abriendo Brecha, en donde Rodrigo Wong Arévalo se encontraba recalcando el orden y respeto durante las marchas de las antorchas, varios manifestantes comenzaron a tirar piedras a las ventanas del edificio de Emisoras Unidas, lugar de donde se graba el noticiero. Rodrigo Wong inmediatamente retracto su declaración y el acto de vandalismo quedo evidenciado en televisión nacional.

Las paredes de muchos negocios y hogares están plasmadas con consignas que muchas veces contienen horrores ortográficos. Si las quejas son contra el gobierno porque los propietarios de las casas tienen que pagar. No hay necesidad de que las paredes carguen con nuestras opiniones, su edificación no fue con el propósito de servir como lienzos de opinión pública.

Si los indignados quieren llegar a ser parte de la comunidad política, deben ceder a dialogar con el gobierno ya que hablando se entiende la gente, y ningún acuerdo se podrá alcanzar. El lado del gobierno ya cedió y la ayuda internacional ya está en camino, lo único que falta es la colaboración de los indignados. Es necesario que por una horas o quizás días bajen sus antorchas para materializar sus consignas por medio del dialogo. La solución no será que nuestro presidente sea removido de su cargo sino llegar a un acuerdo. Quitarlo del poder no sería una alternativa viable, ya que no hay ningún personaje que valga la pena forzar al poder. Es posible que ascienda uno igual o peor al poder.
Debo recalcar el deseo imperante del presidente a erradicar el crimen y la apertura que ha demostrado hacia el dialogo por medio de cadenas nacionales.

Ya van ocho marchas, casi nueve y poco a poco se están viendo resultados. Varios funcionarios incluyendo diputados, fiscales, miembros del equipo administrativo del Seguro Social como del Poder Ejecutivo están siendo juzgados y evidenciados ante la comunidad. Juzgados por casos de compra de medicinas defectuosas, robo de fundos del Seguro Social y recibimiento de sobornos por concepto de dejar pasar acontecimientos ilícitos.

Lo único que me parece injusto es el hecho de que la mayoría sale libre bajo fianza, una fianza que pagan con el dinero que nos han robado. El pago de ese monto sale de nuestras bolsas, y los implicados siguen ejerciendo sus labores como si nada hubiese pasado. Dejan de robar por un rato hasta que baje la marea y luego vuelven a sus andanzas.

Mucho antes del surgimiento del movimiento de los indignados, el primer acto celebrado por todos los que sentíamos rabia e impotencia hacia la corrupción  en el Seguro Social, fue la captura de Mario Zelaya, ex director del IHSS.

Los indignados al igual que las antorchas que cargan en la oscura noche como señal de protesta representan un rayo de esperanza. Esperanza de que en un futuro Honduras llegue a un estado de utopía en el que todos trabajemos por nuestra patria, donde queramos enaltecerla y no solo pensemos en nuestro bienestar sino también en el de los demás. Donde la corrupción sea solo un error del pasado que se discuta en clases de historia.

Yo creo que vale la pena sentirse indignado y comprar una antorcha para unirse a una causa que busca el cambio en Honduras, un cambio hacia el progreso y hacia la paz.

Fuentes Bibliográficas:


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