Los Indignados y las
Antorchas de la Esperanza
Andrea Lucia Rodríguez
Bendaña
http://www.latribuna.hn/tag/marcha-de-las-antorchas-en-honduras/
Para comprender lo que representan los indignados en nuestro país es
necesario empaparnos del contexto en que nace este grupo al igual que los
motivos que los llevan a querer formar parte de la comunidad política de Honduras.
Los hondureños hemos sido marcados por un estereotipo que dice que somos
un pueblo pasivo. Es decir, no reaccionamos ante lo que nos molesta y tendemos
a dejarlo pasar. Por muchos años
Honduras ha sido testigo de las hazañas del monstruo llamado corrupción, como
poco a poco envuelve a nuestros “líderes” y acaba con nuestro patrimonio.
Me refiero a nuestras autoridades como “lideres” de una manera
despectiva ya que muchos no han sabido llevar como se debe el cargo que se les
ha conferido. Ellos demuestran que la confianza que los votantes les otorgaron
les importa muy poco. No velan por el bienestar de la mayoría, solo velan por
el propio y el de su familia.
Cuantas veces no escuchamos en las noticias o leemos en los periódicos sobre
la malversación de fondos, desfalcos, aquel famoso caso de la carretilla en el Banco
Central ,casos implicando a políticos que no pasan de ser solo enunciados o
cuando las entidades extranjeras nos catalogan como uno de los países con mayor
índice de corrupción, analfabetismo y pobreza. Mencionan como no harán más
prestamos debido a la falta de pago o peor aún la falta de resultados.
Vemos todo esto y no hacemos nada más que comentarlo en las redes
sociales por un periodo aproximado de una semana hasta que otra noticia
aparezca para continuar con el ciclo. Mientras nosotros mantenemos pasivos, los
políticos de nuestro país caminan con la frente en alto golpeándose el pecho insinuando
que son personas honestas. Caminan sin arrepentirse de todo el mal que le hacen
al país.
Desde hace aproximadamente seis años, se ha demostrado que este
estereotipo es erróneo ya que a partir del año 2009 el pueblo hondureño ha
reaccionado ante el golpe de estado/sucesión constitucional y los eventos
subsiguientes.
En junio del año 2009, Manuel Zelaya Rosales fue removido del poder por
medio de la fuerza militar. A partir de este evento es que el pueblo hondureño
ha manifestado su punto de vista por medio de múltiples marchas. ¿Quién no
recuerda y aun observa en las paredes de
su casa consignas apoyando a Manuel
Zelaya por parte de la famosa “resistencia”; o las caminatas por la paz de “las
camisetas blancas” que se oponían a la entrada de Zelaya al país y buscaban la
paz.?
Desde entonces nos hemos vuelto una comunidad más activa que busca el cambio y que nuestras opiniones
sean escuchadas por nuestros líderes y si estos no lo hacen, por la comunidad
internacional.
A partir del año 2014 cuando se destapo la olla de corrupción relacionada
con el Instituto Hondureños de Seguridad Social, el descontento de la población
con el fenómeno de la corrupción incremento considerablemente.
Todos expresamos por lo menos una vez nuestra indignación ante el escándalo.
Nadie podía creer que mientras miles de nuestros compatriotas perecían por
falta de medicamentos y atención médica, las autoridades se hacían de la vista
gorda, y todos los implicados en los múltiples actos de corrupción disfrutaban
de grandes lujos y viendo como los saldos de sus cuentas incrementaban.
Cabe recalcar que constantemente se recalca el combate para el crimen,
el detener a todos aquellos que se dedican al homicidio, al robo o al narcotráfico,
pero nunca se menciona la necesidad de acabar con los políticos corruptos y
encerrarlos tras las rejas.
Señores políticos, no serán ustedes los delincuentes que asaltan en las
calles, los que atentan contra una vida inocente por un celular pero son
ustedes los que permiten que esto ocurra. Son ustedes los que impiden que las
noticias de importancia duren más de una semana en Honduras ya que saben el
costo que esto le traería a su reputación.
Cada vez que a su bolsa llega un billete que debería ser para obras públicas
ustedes cometen un crimen imperdonable, les roban a aquellos que en ustedes
confiaron, a aquellos que tanto necesitan. Yo les pregunto, ¿alguna vez se
tocan el corazón y piensan en aquel niño que desea ir a la escuela pero por
carencias no puede, en ese anciano que busca ayuda para pagar sus medicamentos,
en ese padre de familia que tiene hasta tres trabajos para poder darles a sus
pequeños una vida digna? Creo que yo misma les puedo contestar esto, no lo
hacen.
Ya es hora de que esto cambie, que finalmente seamos escuchados, que
llegue al poder alguien que vele por nuestros derechos e intereses. Es hora que
declaremos el amor por nuestro país por motivos que no sean solo relacionados
con los partidos de la selección o su clasificación al mundial. Como dijo José
Saramago una vez: “Es hora de aullar, porque si nos dejamos llevar por los
poderes que nos gobiernan, y no hacemos nada por contrarrestarlos, se puede
decir que no merecemos lo que tenemos.”
Sigo esperando el día en que un hombre o una mujer con las misma
valentía y honestidad del famoso
“caballero sin tacha y sin miedo” llegue
al poder. Me pregunto si entre nosotros
aun vaga errante el espíritu de José Trinidad Cabañas, uno de los pocos lideres
hondureños que en mi opinión merece respeto, admiración y honor. Que diría Cabañas
si escuchara de las ollas de corrupción que se destapan día a día, creo que al
pobre se le caería la cara de vergüenza al ver en lo que han convertido a su
país. En una piñata donde solo aquel que es fuerte o tiene contactos recibe
dulces.
Como protesta ante la corrupción y buscando honrar las vidas de todos
aquellos que murieron a cuesta de la corrupción en el Instituto Hondureño de
Seguridad Social es que las antorchas comenzaron a ser encendidas cada viernes
por la calles de la ciudad.
Se registraron desfiles en calles de Santa Bárbara, Copán, Comayagua,
Chamelecón, San Pedro Sula, Cortés, Choluteca y San Lorenzo, Valle.
Poco a poco más personas comenzaron a unirse a estas marchas, cuyos
manifestantes adoptaron el nombre de “indignados”.
¿Indignados ante qué? Indignados ante la corrupción, ante la falta de
justicia, ante la impunidad, ante la indiferencia, ante la pobreza, el
analfabetismo, la falta de oportunidades, la actitud de nuestras autoridades
entre otros motivos.
Los manifestantes siguen condenando el saqueo perpetrado en el IHSS, la
compra de medicamentos de mala calidad y “pésima atención”, de acuerdo a las
consignas mayormente emitidas durante ese desfile.
Creo que los indignados deberían ser tomados en cuenta en la política hondureña,
ya que representan a la población y buscan un cambio positivo en la sociedad de
nuestro país. Finalmente hay un grupo dispuesto a buscar un dialogo proactivo
con el gobierno y hacer que no solo sean platicas extensas sino que se obtengan
respuestas y acciones por parte de las autoridades.
Paralelo a las marchas un pequeño grupo de los indignados ha optado por
mantener una huelga de hambre frente a las instalaciones de Casa Presidencial
en Tegucigalpa y frente al edificio del Ministerio Publico en San Pedro Sula.
Los indignados se rehúsan a acudir a dialogo al que el presidente Juan
Orlando Hernández ha convocado ya que según ellos acudir a este dialogo seria seguir
favoreciendo la impunidad e cubrirnos los ojos con una venda que no nos permita
ver a grandes capos de la corrupción en el país. Se busca la intervención de
personalidades y organismos de la comunidad internacional para asegurar
resultados transparentes ante la situación que enfrenta nuestro país.
Las marchas de las antorchas han trascendido el contexto nacional para
llegar a la atención de la comunidad internacional gracias a los medios de comunicación
y a los inmigrantes que también las han
realizado en Miami, Houston y Washington, en Estados Unidos y en España.
Estoy a favor de estas manifestaciones en busca de un cambio, pero
condeno la presencia de los políticos en
dichas marchas. Afrontémoslo ellos no participan en las marchas porque están cansados
de la impunidad, sino para ganar popularidad, para mejorar su imagen pública y así
conseguir más votantes.
Me parece irónico,que personas que han estado implicadas en actos de corrupción
repitan consignas que se refieren a ellos de manera indirecta y condenen las
actividades a las que se dedicaban o peor aún todavía se dedican.
Se supone que estas marchas son un vehículo que une a personas de todos
los estratos sociales, edades, sexo, religión y partido político, no un medio
de propaganda para los payasos que nos gobiernan.
Según la constitución de República, todos y cada uno de los ciudadanos
tenemos el derecho de libre asociación y de protestar de una manera pacífica y
sin perjudicar a terceros. Desafortunadamente algunos de los asistentes a las
marchas de las antorchas parecen olvidar la parte del enunciado que menciona la
manifestación pacífica. Un ejemplo de esto fue cuando durante la transmisión del
noticiero Abriendo Brecha, en donde Rodrigo Wong Arévalo se encontraba
recalcando el orden y respeto durante las marchas de las antorchas, varios
manifestantes comenzaron a tirar piedras a las ventanas del edificio de
Emisoras Unidas, lugar de donde se graba el noticiero. Rodrigo Wong
inmediatamente retracto su declaración y el acto de vandalismo quedo
evidenciado en televisión nacional.
Las paredes de muchos negocios y hogares están plasmadas con consignas
que muchas veces contienen horrores ortográficos. Si las quejas son contra el
gobierno porque los propietarios de las casas tienen que pagar. No hay
necesidad de que las paredes carguen con nuestras opiniones, su edificación no
fue con el propósito de servir como lienzos de opinión pública.
Si los indignados quieren llegar a ser parte de la comunidad política,
deben ceder a dialogar con el gobierno ya que hablando se entiende la gente, y ningún
acuerdo se podrá alcanzar. El lado del
gobierno ya cedió y la ayuda internacional ya está en camino, lo único que falta
es la colaboración de los indignados. Es necesario que por una horas o quizás días
bajen sus antorchas para materializar sus consignas por medio del dialogo. La solución
no será que nuestro presidente sea removido de su cargo sino llegar a un
acuerdo. Quitarlo del poder no sería una alternativa viable, ya que no hay ningún
personaje que valga la pena forzar al poder. Es posible que ascienda uno igual
o peor al poder.
Debo recalcar el deseo imperante del presidente a erradicar el crimen y
la apertura que ha demostrado hacia el dialogo por medio de cadenas nacionales.
Ya van ocho marchas, casi nueve y poco a poco se están viendo
resultados. Varios funcionarios incluyendo diputados, fiscales, miembros del
equipo administrativo del Seguro Social como del Poder Ejecutivo están siendo
juzgados y evidenciados ante la comunidad. Juzgados por casos de compra de
medicinas defectuosas, robo de fundos del Seguro Social y recibimiento de
sobornos por concepto de dejar pasar acontecimientos ilícitos.
Lo único que me parece injusto es el hecho de que la mayoría sale libre
bajo fianza, una fianza que pagan con el dinero que nos han robado. El pago de
ese monto sale de nuestras bolsas, y los implicados siguen ejerciendo sus
labores como si nada hubiese pasado. Dejan de robar por un rato hasta que baje
la marea y luego vuelven a sus andanzas.
Mucho antes del surgimiento del movimiento de los indignados, el primer
acto celebrado por todos los que sentíamos rabia e impotencia hacia la corrupción
en el Seguro Social, fue la captura de
Mario Zelaya, ex director del IHSS.
Los indignados al igual que las antorchas que cargan en la oscura noche
como señal de protesta representan un rayo de esperanza. Esperanza de que en un
futuro Honduras llegue a un estado de utopía en el que todos trabajemos por
nuestra patria, donde queramos enaltecerla y no solo pensemos en nuestro
bienestar sino también en el de los demás. Donde la corrupción sea solo un
error del pasado que se discuta en clases de historia.
Yo creo que vale la pena sentirse indignado y comprar una antorcha para
unirse a una causa que busca el cambio en Honduras, un cambio hacia el progreso
y hacia la paz.
Fuentes Bibliográficas:
·
http://www.laprensa.hn/honduras/855580-410/nueva-jornada-de-la-marcha-de-la-antorchas-en-tegucigalpa
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