Un armatoste es un mueble tosco e inutil que generalmente, estorba y nadie quiere. En su momento, muchas creaciones invaluables de nuestra vida diaria fueron consideradas inútiles por algún "experto". Por ejemplo, HP rechazó la idea de Steve Wozniak:la computadora personal. En 1983, Atari rechazó la consola de juegos que se convirtió en Nintendo. En 1876, Western Union rechazó el invento de Alexander Graham Bell: el teléfono, aduciendo que más parecía un juguete. Bill Gates, en su momento, rechazó los dispositivos de libros electrónicos y Carles Chaplin argulló que el sonido en el cine sería una moda pasajera. Conocemos la historia...Este blog es un vehículo para expresar y producir ideas, sea que a otros les parezcan "armatostes" o no.
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miércoles, 21 de enero de 2015

Morazán: Un Líder

Morazán: Un Líder
 




 El 3 de octubre de 1792 nació en la que ahora es la capital de Honduras, Francisco Morazán, quien años más tarde se convertiría en el paladín de la unión centroamericana. Y es en su honor que cada 3 de octubre se celebra el Día del Soldado Hondureño. Era un líder que luchó constantemente hasta el final, jamás bajo los brazos, nunca bajo su cabeza ante la represión que fue sometido el y su familia. El luchó por una Centroamérica unida, una sola nación, ese era su máximo anhelo, esa fue su lucha constante durante toda su vida. Es de admirar su historia, su recorrido, su trayectoria, su lucha. Se puede decir que él nació, vivió y murió defendiendo su ideología, ya que vivió para Centroamérica. Tres horas antes de ser ejecutado en Costa Rica, Morazán escribió su testamento, un testamento que toca corazones, que conmueve y a la vez nos despierta ese sentido de amor patrio. Su mejor cita y la mas recordada fue “Declaro: Que mi amor por Centroamérica muere conmigo”.

Cuando escuchamos esta cita, nos hace pensar en él y en su lucha que enfrentó y vivió durante toda su vida, y aun muriendo nunca dejó de amarla. Este testamento nos hace reflexionar y nos hace volver a nuestras raíces, nos dice que debemos de proteger y amar nuestra patria durante nuestra vida aunque haya injusticias y cosas que no nos gusten, y aun en la muerte no debemos de dejar de amarla, venerarla y respetarla. Cuando Morazán escribía esto, sabiendo que iba a ser ejecutado injustamente, dejó en sus sabias palabras una autenticidad, un sentimiento de amor profundo, de amor patrio, cosa que debemos de practicar día a día con nuestro esfuerzo, trabajo, y acciones. Hoy en día son pocos los que realmente viven y respiran ese amor por la patria, estoy seguro que esa minoría que realmente ama Honduras, daría sus bienes, daría el pecho, daría su vida por ella. No hay mejor sentimiento, amor y satisfacción que dar todo nuestro ser para que Honduras salga adelante pero hoy en día la mayoría no están viviendo y practicando ese mismo sentimiento que sintió Morazán cuando vivía y antes de morir, no estamos por el camino de la armonía y amor por la patria. Es difícil ejercer y practicar éste sentimiento ya que lamentablemente no vivimos en un país desarrollado, vivimos en un país lleno de injusticias, de impunidad, en un país con un alto índice de criminalidad, pero no quiere decir que debemos de irrespetarla porque es el país que nos vio nacer, crecer y nos va a ver morir. Que mejor ejemplo que el de Morazán, tenemos una ruta, una pauta a seguir, no tenemos excusa para  perdernos en el camino, miremos el ejemplo de Morazán, que aún sabiendo que iba a ser fusilado nunca dejo que su corazón se llenara de impureza, ni que perdiera su amor profundo por Centroamérica.

No todo esta perdido, aun podemos rescatar y sacar a Honduras adelante. Inculcando de nuevo los valores cívicos en las escuelas, rescatando lo que en algún momento perdimos. No solo debemos mirar sus defectos, si no que también sus virtudes. Cuando mas la patria nos necesita es cuando más debemos apoyarla y amarla, no darle la espalda porque de ella vivimos. Eso quiso decir el general Francisco Morazán en su testamento, en especial en su famosa y exitosa frase “Declaro: Que mi amor por Centroamérica muere conmigo”. Amemos y respetemos nuestra patria, nuestra casa, nuestra Honduras, como lo hizo el intachable general Francisco Morazán.


Luis David Amaya Sosa






























Bibliografía



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