Fue hasta 1910 que las mujeres pudieron asistir
a la universidad. En tiempos pasados, no muy lejanos, la mujer era considerada
un poco más que un animal. Mucho filósofos famosos como Sócrates y Platón hacían
burla de la mujer; incluso decían que no era un ser inteligente. Por mucho
tiempo las mujeres fueron relegadas únicamente al trabajo doméstico y al
cuidado de los niños. La discriminación hacia este sector de la sociedad se ha
disminuido con el paso de tiempo, pero
no se ha erradicado, especialmente de los países árabes y africanos.
En estos países predomina una cultura
machista que ve a las mujeres como mulas de trabajo u objetos sexuales. Los
efectos liberadores se ven ahogados por ciertos miembros de la sociedad que
simplemente no aceptan el más mínimo cambio en el estilo de vida que les ha sido enseñado. Uno se tiende a
preguntar ¿por qué para estos grupos
extremistas es tan importante mantener tradiciones?
Boko Aram, es un nigeriano y fiel seguidor de
la religión islamita. El pasado 14 de Abril, este hombre junto a su grupo de
subalternos que se conocen como una “milicia islamita” secuestraron a 200 niñas
estudiantes de un colegio al norte de Nigeria.
Tras varios días recluidas, una de las niñas escapo y revelo que todas
ellas son violadas constantemente y obligadas a casarse con los miembros del grupo.
En varios videos que Boko ha dejado salir al aire, ha hecho constar que esas
niñas serán vendidas en un mercado como cualquier otra mercancía barata. Según esta
milicia, ellas no pueden asistir a la escuela porque la mujer no tiene los
mismos derechos del hombre.
Su objetivo original era derrocar al gobierno
de Nigeria pues lo considera corrupto e infiel; él quiere instaurar un gobierno
“santo y puro”. Además, está convencido que todo lo hace en el nombre de Alah. Esto deja
una duda: ¿para estos hombres que es algo santo y puro?
Santo es todo aquello que es apartado, hasta
se podría decir aislado y sin contaminación. El Corán menciona un Alah que
demanda santidad de su pueblo. El término puro es algo que no se ha corrompido
de su esencia original. Básicamente, lo que ellos proponen es mantener las
costumbres que se establecían en los tiempos antiguos cuando el Corán, que es el libro más importante en la cultura islamita fue
escrito, que significa hacer cambios radicales en el país para recordarle a la
gente como deben ser las cosas en realidad.
En la mente de este grupo, los efectos
liberadores en una cultura son rebeldía y merecen los peores castigos posibles.
EL Corán da un papel
secundario a la mujer, el cual es detalle de mucha importancia para los
creyentes de dicha religión y para ellos debe mantenerse así. En comparación a nuestra cultura, cuyo libro principal es la Biblia, el incumplir la ley por deseos carnales es un pecado.
Los cambios que la globalización ofrece son
acciones que ofenden a Alah y van en contra del orden en que las cosas han sido
creadas. Sin embargo, hay cosas que provocan una contradicción en su forma de
actuar. Si ellos son tan radicales y luchan por no ser parte de la globalización
porque compran tantas armas para violar uno de los diez importantísimos mandamientos: No
mataras. La única razón porque la que pueden matar, según el Corán, es si el
acto fue cometido en defensa propia. Ellos probablemente piensan que está bien
cometer estos actos aberrantes porque lo hacen en defensa de lo que creen.
Su cultura ha implantado en ellos creencias
tan fuertes que están dispuestos a morir por ellas. Estos delincuentes no piensan
que lo son porque están seguros que más bien
son actos que dan más valor a su vida. Quiérase o no hay que admitir una
cosa: ellos tienen una identidad cultural bien definida; correcta o no ellos están
más orgullosos de su cultura que nosotros. Esto les anima a seguir cometiendo estos
actos barbáricos. Si nosotros que estamos en lo correcto tuviéramos esa clase
de convicción para hacer las cosas bien y amar al prójimo haríamos todo lo
posible por pararlos.
La ONU debe intervenir de manera sabia en
esta situación. Se tienen que rescatar estas almas inocentes porque es lo correcto. La mayoría de los países que pertenecen a esta organización están
en desacuerdo con lo sucedido a estas niñas, así que hay que defender lo que
pensamos con acciones. Hay que demostrarle a Boko Aram que hay personas que también
defienden apasionadamente lo que creen. Hay que buscar gobiernos santos y puros
que tomen decisiones radicales para beneficiar a todos. Para lograr esto hay
que mezclar efectos: mantener algunas tradiciones limitantes del lugar donde
pertenecemos pero abolir aquellos que nos hacen irrespetar a nuestros
semejantes empleando los efectos liberadores para este fin.
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