El Cristo del Picacho
Su historia se remonta al año 1946,
cuando fue inaugurada por el general
Tiburcio Carías Andino quien oficialmente lo denomino como “Parque Nacional Naciones
Unidas”, en honor a la visita a Honduras
de Trygve Halvdan Lie, en ese entonces secretario general de ese organismo. Posteriormente,
miles de hondureños cariñosamente le llamaron “Cristo del Picacho”, por estar ubicada
en el cerro que ha sido un punto de recreación para oriundos y extranjeros. Su belleza es tal, que se ha convertido en un
ícono de la capital hondureña con cierta similitud al Cristo Corcovado de Rio
de Janeiro en Brasil. Y no es para menos, ya que su hermosura se puede divisar
desde cualquier punto de la capital, debido a su tamaño y peso que resultan difíciles de ignorar. Esta imponente
escultura pesa 2,500 toneladas, tiene una altura de 30 metros.
La figura religiosa de concreto
reforzado fue diseñada artísticamente por el prestigiado escultor hondureño
Mario Zamora Alcántara que hoy día reside en México. Resulta curioso destacar
que el “Cristo del Picacho” se pensó edificar en otro cerro, en este caso "El
Berrinche", sin embargo fue
descartado ya que de ser el caso, no se podría divisar desde distintos puntos
de la capital.
La construcción duro siete meses de
trabajo a un equipo de 40 personas y gracias a ello, hoy en día, los capitalinos hemos formado un
sentido de pertenencia por nuestra hermosa Tegucigalpa.